La idea que se desprende del informe Mckinsey
es que lo más importante en un sistema educativo es la formación del
profesorado. Ya dependido de los países el profesor tiene un prestigio u otro.
Los países con mejor sistema educativo son Finlandia, Singapur y Korea del Sur.
En estos casos el profesor tiene prestigio en la sociedad y su formación está
muy especializada y controlada con exámenes de acceso a la facultad. Se
pretende que los alumnos más brillantes, se conviertan en docentes, porque de
ahí se saca una buena educación. Sin
embargo, en otros países como por ejemplo Estados Unidos o España, la imagen
del profesor no está tan prestigiada como en los países anteriores. En el caso
de Estados Unidos, ven la profesión docente como una profesión mal pagada, poco
reconocida y sin posibilidades de crecimiento profesional. Los mejores
estudiantes universitarios se ven tentados por las grandes multinacionales,
mientras que un grupo de idealistas vocacionales optan por esta profesión. En
el caso de España, la profesión tampoco está en una buena situación. Existe un
desprestigio de la profesión y la vemos como una manera de tener trabajo fijo
para toda la vida. Muchos optan por esta opción porque consiguen una plaza
mediante oposición y ya me desentiendo, ¡como ya no me pueden echar!, pues no
me complico la vida. Sin embargo, debemos tener en cuenta que estamos formando
profesionales y lo más importante, personas. Y si el profesor no es bueno,
¿entonces qué estamos enseñando a los alumnos? De ahí se desencadena un
problema arrastramos en nuestro país del fracaso escolar, la desmotivación y el
propio desprestigio de los profesores. Porque ahora no se les tiene respeto a
los profesores. Tampoco digo de volver a esa figura autoritaria de hace unos
años, pero que los alumnos les tenga un respeto a su profesor y el profesor que
también sea considerado con ellos y se empeñe en su profesión para formar a sus
alumnos en lo mejor posible.
En mi opinión, se debería crear otro tipo
de prueba para elegir a los profesores que van a ir a las escuelas o que por lo
menos reciban formación continua a lo largo de su carrera para que se empapen
de nuevas metodologías de enseñanza, innovación en clase y nuevas tecnologías.
Es muy difícil conseguir esto, pero por lo menos debemos concienciar a la
sociedad de lo que está ocurriendo en la enseñanza en nuestro país para
solventar los problemas que estamos arrastrando. Por otra parte también es muy
importante que los padres participen en el colegio, eduquen a sus hijos y se
preocupen por ellos, porque sin ellos no habría escuela.
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